sábado, 11 de agosto de 2012

Lola, mi negra

Lola con sus cachorros (18/04/2010)
En una de mis primeras publicaciones, escribí quien es Lola y lo que significa ese ser en mi vida.

Lola es mi perra negra sin raza de color negro. Lola es mi amiga (por más loco que suene) y Lola es la que siempre me cuida y busca la manera de hacerme sentir mejor cuando siento que la vida se me ríe en la cara.

El Jueves 2 de Agosto Lola me despertó a la madrugada, con una de sus patas me arañó la cara y me obligó a despertarme. La reté, me di media vuelta y seguí durmiendo. Esa mañana me levanté y la noté rara, tenía una mirada extremadamente triste, no quiso salir al jardín a hacer la pis como la hace cada mañana y por primera vez en la vida rechazó la galletita del desayuno.
Le avisé a mi mamá, la cual le quitó importancia, y totalmente angustiada me fui a trabajar.
A media mañana mi mamá me mandó un par de mensajes de texto contándome que Lola ya estaba mejor. Que le había dado una pastilla para el hígado y que estaba en el fondo tomando sol. Sentí que el alma volvía a mi cuerpo.
Esa misma tarde Lola empezó a temblar desde la punta de las orejas hasta la punta de la cola. Nos asustamos y la llevamos al veterinario.
Fernando, el "pediatra" de mis hijos se sorprendió al verme llegar con mi negra. Mi negra nunca se enferma, y cada vez que tengo que correr a lo de Fernando es por Olivia, nunca por la Lola.
La revisó, me dijo que podía ser un virus, le puso un par de inyecciones y nos mandó de vuelta a mi casa con una tira de pastillas para darle cada 12 horas y una dieta.
Llegamos a mi casa, y Lola estaba mejor.

La mañana del Viernes 3 me levanté temprano para ir a trabajar y Lola, ya con mejor ánimo, me miraba echada en un sillón. Me recibió la galletita del desayuno pero no quiso salir a hacer pis. Me fui a trabajar tranquila.

Un poco antes del mediodía, mi mamá me mandó un mensaje para avisarme que la Lola no caminaba y que ya lo había llamado a Fernando para que venga a verla apenas pueda.

Ayer se cumplió una semana desde que mi Lola dejó de caminar. Fernando viene a verla todos los días, todos los días le pone una inyección y nos dice que hay tener paciencia. No está muy seguro de lo que tiene (y eso que él suele darme los diagnósticos por teléfono y siempre le acierta), el Lunes le vamos a hacer una placa para ver si no tiene comprometida la médula. Fernando dice que si la médula no se encuentra comprometida, ella va a volver a caminar; pero si es al revés mi negra no va a caminar de nuevo.

Mi Lola es tan fuerte que se las ingenia para movilizarse por toda la casa. Come, toma agua y está atenta a todo como si no le pasara nada. Se arrastra por toda la casa y cada día tiene más agilidad para trasladarse de un lugar a otro, pero no camina.

La pareja de mi mamá y una amiga nos dijeron que la perra está sufriendo, y que no merece vivir así.
Tan poco me conocen que creen que soy capaz de sacrificar a un animal porque no camina? Ella no está enferma, no llora ni baja sus orejas; simplemente no puede caminar, pero fuera de eso está sana.
Si llegara a tener comprometida la médula, le compraré uno de esos carritos para perros, pero jamás le quitaría la vida. Su instinto de supervivencia y su optimismo nato harán que se adapte al carrito, pero ninguno de nosotros le quitará su vida.

La Lola es una luchadora y yo pienso luchar con ella todos los días hasta que se mejore.


Si el hecho de querer a los animales y de luchar por la vida y/o derechos me hacen anormal, quiero que todos sepan que me enorgullece no ser normal.


sábado, 4 de agosto de 2012

Amor – Odio


Después de varias etapas, de análisis pre ocupacionales y constancias que ni sabían que se podían pedir, el Martes 10 de julio recibí LA llamada, esa llamada que no sabía si quería que ocurriera, pero que hizo que mi vida diera un giro desde el mismo instante en que corté con la encargada de Recursos Humanos.

Dicen que para cada cosa que nos pasa existe un capítulo de Los Simpsons y/o Friends que ejemplifica ese momento. En mi caso, comparo ese momento con un capítulo de Friends, en el que Rachel se entera que está embarazada.
Cuando Phoebe le dice que la prueba de embarazo es negativa, Rachel se tranquiliza y se pone contenta; pero se siente feliz cuando Phoebe le dice que en realidad el resultado es positivo. De esa misma manera me sentí yo.

Cuando hablaba de este nuevo trabajo, constantemente marcaba los aspectos negativos que tiene, como la distancia, la cantidad de horas de trabajo, el arriesgarme a dejar un trabajo de cuatro años por un reemplazo de tres meses y medio; pero a la vez, cada centímetro de mi ser anhelaba que suene mi teléfono y que el identificador de llamadas me dijera que eran “ellos” los que me llamaban.

Fue, por lejos, la mejor llamada que recibí en muchísimo tiempo. No podía dejar de sonreír y las manos me temblaban de la emoción. No es sólo el haber conseguido un trabajo mucho mejor que el que tengo, es el hecho de que me hayan elegido a mi para ese trabajo.
Me sentí importante, especial, capaz de enfrentar un trabajo totalmente distinto a lo que vengo haciendo, es todo un desafío y es la puerta a mi nueva vida.

No existen palabras q me permitan expresar la emoción que me genera el hecho de haber sido elegida para ser parte de una empresa tan pero tan grande.

El call también es una empresa inmensa que está en todo el mundo, pero el trabajo del call lo hace cualquier mono domesticado (perdón si ofendo a alguien, pero todos sabemos que es así)
Con que hayas terminado el secundario, ya sea en el mejor colegio o en una escuela nocturna acelerada, ya cumplís con los requisitos para trabajar ahí.
Todos los días hacen entrevistas y contratan gente, todos los días ascienden y descienden supervisores, analistas de calidad y demás.
Ya perdí la cuenta de la cantidad de personas que conocí dentro de ese lugar. A veces me cruzo con gente que sé que la conozco pero que no recuerdo de donde y después de pensar un rato recuerdo que durante un tiempo pertenecieron a TP.

En cambio, en este nuevo trabajo no contratan gente todos los días, y eso me hace sentir especial de alguna manera.
Apenas me confirmaron que había quedado elegida, sentí que mi vida empezaba a tomar otro rumbo. Acomodé mi placard (algo que no hacía hace por lo menos dos años), busqué una dermatóloga para tratar mi problema de acné, empecé dieta, duermo menos y tengo ganas de hacer cosas.

Tanto tiempo de espera hizo que deseara con cada centímetro de mi ser que me llamen.
Los días adentro del call se volvieron más tediosos de lo normal y, con cada nueva directiva que llegaba, mis ganas de irme a la mierda se potenciaban.
Lo único que hacía que me aguante ese lugar son mis compañeros que son increíbles en todos los sentidos. Y si hay algo que voy a extrañar de ese lugar, son las personas que llegué a conocer y los amigos que coseché.

Pero también sé que voy a seguir conociendo gente maravillosa.
Cuando me fui de mi trabajo anterior, lloré por tener que dejarlo a E, sentía que no existía mejor compañero y amigo que él. Como amigo nadie lo reemplazó, sigue siendo mi mejor amigo y seguimos hablándonos, viéndonos y contándonos todo; pero sí conocí personas que son tan buenos compañeros como lo era él.
Ahora me toca dejarla a C y a L. L es mi jefa, es increíble como jefa y se convirtió en una gran amiga. C es como una hermanita (a pesar de que tenemos casi la misma edad), me da ternura, siento que debo cuidarla, protegerla y sé que me va a doler dejarla, aunque creo que a ella le va a costar más que a mi.
Sin embargo, estoy segura que mi amistad con ellas no va a desaparecer por el hecho de cambiar de trabajo. Pasará como pasó con E, seguiremos siendo amigas más allá del trabajo.

El contrato con mi nuevo empleo es por un poco más de 3 meses, desde el 8 de Agosto hasta el 21 de Noviembre. Qué pasará después? No sé.
Por lo pronto, TP me dio la posibilidad de adelantar 9 días de trabajo así en Septiembre cobro el sueldo completo. Desde el 21 de Agosto hasta el 19 de Septiembre me autorizan una licencia sin goce de sueldo. Tengo que volver el 20 de Septiembre.
No sé si volveré. Ojalá que no. Ojalá surja la posibilidad de quedar efectiva y poder renunciar al call.

El sueldo me tienta mucho. Para mi, que estoy sola, es un sueldazo. Es un sueldo que me permitiría irme a vivir sola, ahorrar para un auto, pagar deudas y/o ahorrar para hacer ese viaje a Europa que tanto deseo. Es un sueldo que me cambia la vida.


A pesar de que cada centímetro de mi ser quiere irse de TP, debo reconocer que me asusta dejarlo.
Por un lado sé que ya no lo aguanto, sé que merezco algo mejor, que merezco un sueldo más alto, que tengo derecho a tener un trabajo en el que se reconozca mi capacidad y esfuerzo.
Pero, a la vez, a pesar de todo lo malo que tiene, me cuesta mucho imaginarme fuera de ese lugar.
Son casi 4 años ininterrumpidos de amor y maltrato diario. Me dio muchos dolores de cabeza pero también muchas alegrías.
Después de tanto tiempo metida en esa caja de zapatos, es como que no me imagino mi vida de otra manera.
Hay cosas que se las voy a agradecer siempre. Fue mi primer trabajo en blanco, me dio una excelente obra social, me brindó estabilidad económica y durante 4 años conocí gente maravillosa.

Anita, mi hermana de la vida, dice que lo que yo siento por TP es conocido como el “Síndrome de Estocolmo”, no sé si es normal sentir eso por un trabajo, pero es lo que siento.

Lo quiero, siempre lo voy a recordar con mucho cariño, pero espero no volver.


sábado, 30 de junio de 2012

Cansada

Estoy cansada de estar gorda.

Estoy cansada de no estar recibida, de no avanzar en la facultad.

Estoy cansada de no poder independizarme de mis viejos.

Estoy cansada de poner la mayor parte de mi sueldo en mi casa.

Estoy cansada de seguir pensando en un pelotudo que me demostró de todas las maneras posibles de que no me quiere.

Estoy cansada de cuidar gente.

Estoy cansada de tener un trabajo de mierda.

Estoy cansada de tener deudas.

Estoy cansada de la ausencia de mi papá.

Estoy cansada de sentirme sola.

Estoy cansada de sentir ganas de llorar todo el tiempo.

Estoy cansada de no tener con quien hablar.

Estoy cansada de ponerle una sonrisa a todo el mundo mientras por dentro estoy destruida.

Estoy cansada de esta vida que se me caga de risa.

Estoy cansada de no tener nada.

Estoy cansada de buscar la manera de salir a flote y no encontrarla.


Estoy cansada de sentir que nadie piensa en mi.


Estoy muy cansada...

miércoles, 20 de junio de 2012

Disyuntiva


Hoy es uno de esos días en los que me encuentro en una disyuntiva que me quita el sueño.
Necesito escuchar opiniones, conocer diferentes puntos de vista.

Hace cuatro años que trabajo en un call center que le brinda servicios a Personal (la compañía de celulares), durante mucho tiempo sufrí horrores en ese lugar. La atención al cliente es desgastante y el trabajo en un call center de por si es una porquería. Estoy convencida de que cualquier mono domesticado puede hacer mi trabajo. 
Después de mucho padecer, llegué a estar en un área que considero que es la mejor dentro de la empresa. Ya no recibo llamadas, sino que realizo gestiones internas; trabajo de lunes a viernes de 9 a 15, descanso todos los fines de semana y no trabajo ningún feriado. 
Además, en caso de que necesite faltar por algo, me permiten devolver las horas o trabajar un sábado. 
Son "beneficios" que los q están en otras áreas del call no los tienen.
A eso tengo que sumarle un grupo de trabajo hermoso. 
Son personas maravillosas a las que llegué a querer mucho, especialmente a Ramón y a Ceci. En ellos encontré unos amigos increíbles con los que vivo momentos únicos, incluso hasta nos fuimos de vacaciones juntos. 
Y mis jefes son excelentes. A mi jefa directa la considero una amiga. Y con mi PM, que es el que está por encima de ella, no tengo la gran relación pero cada vez que necesité algo me dio una solución.
El sueldo no es el mejor del mundo, no me permite ahorrar, ni me permite darme grandes gustos, pero me permite pagar cuentas y todos los gastos que implica la facultad y la vida diaria.

El tema es que sin pensar que me llamarían, me postulé a un trabajo para lo que es el "Check In" de LAN. Es un trabajo de 5 horas diarias, se trabajan 4 días y se descansan 2 (es decir que los descansos son rotativos) y el sueldo todavía no me dijeron de cuanto es, pero sí me dijeron que es mejor que el q estoy cobrando ahora.
Este trabajo tiene dos cosas en contra, la primera es que queda en el aeropuerto, para llegar hasta ahí tengo que tomar dos ómnibus y calculo que debe haber una hora y media de viaje. Por otro lado, es que es un reemplazo por una licencia de maternidad por 4 meses. En principio, al cumplirse los 4 meses, se termina el trabajo.
Tal vez tenga la suerte de seguir, tal vez la embarazada no vuelva, tal vez puedo crear contactos con otra aerolínea, tal vez haya una vacante para otra área, no sé que es lo que puede pasar.
Incluso leí por alguna parte que el aeropuerto de Tucumán va a ser Aeropuerto de 24 horas, por lo que supongo que van a aumentar la cantidad de servicios tanto de LAN como de otras compañías, por lo que van a necesitar más empleados.

Y esa es mi disyuntiva. No sé si arriesgarme a dejar un trabajo de 4 años por otro que en principio es por 4 meses.
Me asusta pensar que es lo q voy a hacer si a los 4 meses me dicen muchas gracias por los servicios prestados y nos vemos otro día.

Económicamente necesito trabajar.

El call es un trabajo en el que nunca voy a crecer, pero que me da todas las posibilidades para ir a clases y avanzar en la facultad. Sé que por el momento no me van a correr. Es una empresa que considera a los empleados como algo descartable, sé que todos tenemos una "fecha de vencimiento" pero todavía no llegó mi fecha.

Y LAN es una empresa grande. Es una empresa superior, donde el trabajo es distinto. Sé que voy a recibir puteadas y enojos de los pasajeros, pero también sé que voy a poder hacer uso de otras herramientas que tengo. Voy a volver a hablar en inglés, voy a conocer gente nueva y a lo mejor sea la puerta para empezar a crecer.

Sé que necesito irme de Teleperformance. Es una empresa que ya me dio todo lo que tenía para darme.
Necesito un empujón para irme. Me encantaría saber que es lo que va a pasar después de 4 meses en LAN.

martes, 28 de febrero de 2012

Hija del Rigor

Hoy rendí un final. Es la segunda vez que lo rindo, y en caso de desaprobarlo tengo que recursar la materia porque se vence la regularidad.

Mañana se vence la regularidad de otra materia, y pasado se vence la de otra.

Para la de mañana no sé prácticamente nada, ya la rendí una vez y también la desaprobé. Para la de pasado mañana directamente no sé nada.

Una parte de mi está enojada conmigo mismo por ser tan boluda. Por no haber rendido antes, por no haberme sentado a estudiar con más tiempo y/o más dedicación.
Pero mi otra parte, me mira desde lejos y me entiende.
Sabe que por alguna extraña razón empecé a tenerle miedo a los exámenes, ya sean finales o parciales. 
Me gusta cursar, me gusta saber, me gusta opinar con fundamentos. Odio la gente que habla sin saber, que discute cagadas y que apenas la desafías a "googlear" la respuesta correcta hace un paso para atrás.
No me gusta no saber. Soy una máquina de "googlear", creo que Google es el mejor invento del siglo, le gana a los nuevos celulares, a Android, a los LCD, a todo.
Y, hablando de celulares, desde que tengo un equipo que me permite entrar a Internet en cualquier momento y/o lugar, siento que Google es mi mayor aliado. 
No me discutas, porque lo googleo. Si no tengo razón, bajo la cabeza y aprendo; si tengo razón, me gusta que la gente también aprenda.
Tengo una compañera de la facultad que me discute todas las boludeces que se le ocurren. Pero es el tipo de persona que nunca reconoce que está equivocada. Muchas veces termino dándole la razón porque me doy cuenta que es una mujer que está muy cerrada y es al vicio gastar en mi energía en ella.

Pero bueno, me fui del tema. 

Creo que es la primera vez que reconozco ante mi misma que tengo un problema con los exámenes.
Tal vez por eso no me siento a estudiar. Tal vez por eso no me concentro. Si no supiera que me están por evaluar, tal vez estudiaría más.

Lo que sí sé es que dejo TODO para último momento, y cuando me refiero a todo es a todo.
Si tengo una fiesta importante, dejo hasta el último día para medirme el vestido que supongo que me anda bien, que está limpio y que no hay que hacerle nada.
Si me dicen que vamos a salir a las 10.00, recién a las 9.30 entro a bañarme. Me baño a los pedos, me pongo lo primero que encuentro y le agradezco a Dios una vez más por haberme bendecido con un pelo extremadamente lacio que pase lo que pase siempre me queda igual.

Por qué soy así? Por qué dejo todo para el último instante?
Por qué trato de salvar relaciones recién cuando veo que están en la etapa terminal?
Por qué recién empiezo a hacer dieta cuando mi cuerpo está al limite con el sobrepeso?
Por qué no cuido mi tiempo?
Por qué no valoro todo lo que tengo?

De alguna manera tengo que empezar a ver el vaso medio lleno en vez de verlo siempre medio vacío.

Tonta no soy. Capacidad tengo. Qué me falta?
Me falta ser normal?????





lunes, 27 de febrero de 2012

Hola, soy Lola...

Tengo un nombre muy raro.

Para mi no es raro porque lo escucho desde que nací. Pero cuando alguien me pregunta como me llamo, suele pedirme que lo repita porque no lo entendió o porque cree que escuchó mal.
Cuando recibo una llamada de un número que no tengo agendado y al atender me preguntan por "Noelia", automáticamente sé que me están llamando de alguna empresa que quiere venderme o cobrarme algo. Para los empleados de un call center, mi nombre les resulta imposible de decir y optan por llamarme por mi segundo nombre.

Considero que mi nombre es muy bonito, tal vez es lo más bonito y original que tengo. Lo eligió mi mamá en honor a una actriz que a ella le gustaba cuando era chica y, curiosamente, mi bisabuela paterna también se llamaba así. Se podría decir que al bautizarme con ese nombre tan original, lograron conformar a los dos lados de la familia.

Según mi papá, mi nombre significa "Primera", lo cual tiene un cierto grado de ironía porque no me siento primera en absolutamente nada. Puedo sobresalir en un grupo de personas, pero nunca soy la primera. Nunca fui la primera en ser invitada a bailar en una fiesta; tampoco me elegían primero para formar parte de un juego; y no sé si alguna vez fui la primera opción de algo o de alguien.
Soy la hija, sobrina, prima y nieta más chica de mi familia. No tengo primitos ni sobrinitos, refiriéndome a mi familia directa.
Fui la última en llegar.

Según los libros, mi nombre tiene un significado distinto al que dice mi papá. 
Más de una vez leí que mi nombre significa "la que tiene la fortaleza de una roca", con esa definición siempre me sentí más identificada.
Según Wikipedia fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad. La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.
Definitivamente en esto le creo más a los libros que a mi papá.

Sin embargo, a pesar de tener un nombre raro, bonito y con un gran significado, mi nombre "artístico" siempre es Lola. Creo que casi todas mis contraseñas alfanuméricas empiezan con Lola (por favor no aprovecharse de este dato para acceder a alguna de mis cuentas)
No sé lo que significa Lola y por ahora no voy a buscar su significado en Internet.
Lola es mi perra. Una PP (puro perro) de color negro con el pecho blanco. La vi por primera vez en la parada de la avenida cuando me iba a trabajar, cuando volví ella seguía ahí. Era chiquita, casi toda negrita y no sé si era linda; pero sabía que era mía y que no podía dejarla ahí. Sentía que si no hacía algo por ella, la iba a atropellar un auto o le iba a pasar algo. La traje a mi casa y nadie la quiso. Mi mamá, mi otra perra, Olivia, y mi gato que ya no está, Simón, me pusieron su mejor cara de culo cuando la vieron llegar. Prometí que se iba a quedar por unos días, hasta que le consiga una familia; pero la Lola era tan pavota y tan fea que nadie la quiso, no había ser humano que quisiera adoptarla, y así Lola pasó a ser parte de mi familia. Hace casi 6 años que estamos juntas.

Lola es el optimismo hecho perro. 
Nunca estuvo enferma y siempre supo manifestar su personalidad. 
Lo único que logró aprender fue a dar la mano y a sentarse. 
Lo más adorable que hace es llevarse su plato lleno de alimento a donde ella quiera sin tirar ni un granito al piso. Si se enoja por algo, levanta su plato y se va. Pero no sabe traer el plato para que una se lo vuelva a llenar de alimento cuando se le acaba.
Lola siempre mueve la cola. No importa que la rete o que amenace con pegarle con el diario, ella siempre me mueve la cola. 
Lola es incondicional conmigo, o mejor dicho es incondicional con toda mi familia.
Tengo tres perros en total. Lola es la más miedosa (corre bajo la cama de mi mamá cuando escucha un trueno), pero es la más guardiana. Camina toda la noche por dentro de la casa, vigilando, cuidándonos. Cientos de veces me despertaron sus ladridos porque escuchó un gato a lo lejos, y cada vez que me despertó la reté hasta que se calló. Después de retarla, suelo darme cuenta que le grité por un gato pero que duermo tranquila porque sé que ella nos cuida de noche.

Lola no es ni la más linda, ni la más inteligente, ni la más simpática de mis bichos, pero íntimamente reconozco que es a la que más quiero. A Olivia también la adoro, pero la Oli es más de mi mamá, tienen el mismo caracter y es más egocéntrica.
Lola es incapaz de morderme o de atacarme, y siempre que me ve mal, mueve su cola y busca la manera de consolarme o de hacerme sentir mejor.-




No logro sacarle una foto con mejor calidad porque apenas ve la cámara o el celular, corre espantada.
Dicen que a los indios no dejaban que les saquen fotos. Tal vez Lola también es una India.

domingo, 26 de febrero de 2012

Soy Normal???

Hace mucho tiempo escribí mi primer blog.

Era lindo, me permitía manifestar mis ideas, mis pensamientos, mis cosas. No sé si lo leía mucha gente o no, pero se podría decir que tenía unos cuantos seguidores fieles.

Después, por esas de la vida que una tiende a olvidar, dejé de escribir.

Al tiempo de haberlo abandonado a ese espacio, armé otro. Mi segundo blog muestra (o mostraba) una persona que ya no soy. En ese tiempo estaba inmensamente enamorada, creía que había encontrado al amor de mi vida, y que con eso era suficiente.
Un día el amor de mi vida me dejó y yo dejé mi blog.
Sentía que ese blog se reía en mi cara por haber sido tan incrédula.

Después de eso, empecé otros cuantos. Pero todos quedaron en la nada, escribí un par de veces, y los dejé.

Hoy empiezo uno nuevo, uno que vengo pensando desde hace un tiempo. A este no creo dejarlo por la mitad.
Este espacio surge por culpa de Twitter. Un día me hice una cuenta en esa red social y me gustó. En Twitter digo lo que pienso, lo que siento y no me importa si al otro le gustan o no mis 140 caracteres. 

Pero ese es el problema de Twitter, 140 caracteres me resultan poco.

Tengo todas las condiciones para ser una paciente psiquiátrica. 
Todo mi entorno funciona de tal manera que tranquilamente me podría hacer consumidora habitual de sustancias prohibidas por la ley.
O, para no ser tan dramática, podría fumar un paquete de Marlboro por día o emborracharme con cualquier bebida cada vez que se me presente una oportunidad.

Sin embargo, no tengo ningún vicio.
No tomo, no fumo y nunca en la vida probé algún tipo de droga.
Mi única adicción es la Pepsi, o Coca Cola en su defecto.

No sé decir que NO. 
Soy la amiga, la empleada, la alumna, la hija que siempre dice que si.
Las pocas veces que digo que NO a algo, la gente me mira asombrada y/o desilusionada, y con esa simple mirada consiguen que diga que si.
Aclaro que no soy sumisa, tengo carácter y sé sobresalir sobre el resto. Pero me desespero por quedar bien con todo el mundo, y la simple posibilidad de que alguien se enoje o se moleste conmigo, me asusta.

La idea original de este blog es poder contar mi historia, lo cual no es nada original ya que casi todos están convencidos que sus historias de vida son especiales.

No sé si mis historias son tan especiales, pero sí se podría decir que son distintas.
Tengo una familia diferente a la tradicional. 
Mi trabajo hoy en día se volvió común en esta zona del país, pero soy un "dinosaurio" dentro de esa empresa porque ya llevo más de tres años ahí adentro.
Tengo un abanico de amigas; mis amigas son todas distintas y no tengo un grupo de amigas. Mis amigas no son amigas entre ellas.
Tengo un novio extremadamente bueno. Nos pusimos de novios por primera vez hace siete años atrás. Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que fuimos y volvimos. Suelo decir que no estoy loca de amor, pero a la vez no me imagino mi vida sin él. Nunca sentí que fuera el amor de mi vida, pero si estoy feliz lo quiero compartir con él, y si estoy triste quiero llorar en su hombro porque nada me da más tranquilidad que escuchar su voz.
Pago una fortuna de cuota en una universidad privada, pero no me esfuerzo en estudiar ni en avanzar en la facultad. Lo irónico es que siempre digo que lo que más quiero en la vida es recibirme.

A todo esto me olvidaba del detalle más importante, tengo 30 años y todavía no sé que quiero hacer de mi vida.

Definitivamente no soy normal.